sábado, octubre 28, 2017

 

NUEVAS MEDIDAS MIGRATORIAS POR PARTE DE MI CUBA




Por el interés que, sé, despierta el asunto, traigo a mi espacio personal parte de la información publicada hoy por el periódico Granma en torno a las nuevas medidas que pondrá en vigor Cuba, a partir de enero próximo, en términos de política migratoria.

Para mayor información abrir el enlace que aparecerá al final.

Gracias.


  
Como parte del continuo e irreversible proceso de actualización de la política migratoria del país, el Gobierno cubano ha decidido aprobar las siguientes medidas, las que entrarán en vigor el 1 de enero de 2018:

·         Eliminar la “Habilitación” del pasaporte para los viajes a Cuba de los emigrados cubanos.

·         Autorizar la entrada y salida a Cuba de ciudadanos cubanos residentes en el exterior en embarcaciones de recreo, a través de las Marinas Turísticas Internacionales Hemingway y Gaviota-Varadero. Una vez que estén creadas las condiciones, se ampliaría progresivamente a otras marinas.

·         Permitir la entrada a Cuba de los ciudadanos cubanos que salieron ilegalmente del país, excepto aquellos que lo hicieron a través de la Base Naval de los Estados Unidos en Guantánamo.

·         Eliminar el requisito de avecindamiento para que los hijos de cubanos residentes en el exterior, que hayan nacido en el extranjero, puedan obtener la ciudadanía cubana y su documento de identidad.

Con estas decisiones, se da continuidad a las adoptadas en enero de 2013, como parte de los esfuerzos que el país realiza en aras de fortalecer aún más las relaciones de Cuba con su emigración, proceso iniciado en 1978 por el Comandante en Jefe de la Revolución, Fidel Castro Ruz.





sábado, octubre 21, 2017

 

UNA NIÑA BAJO MI LUNA


Un detallado informe acerca de la fiscalización que acabo de realizar en territorio de Florencia, un comentario en torno a los peligros que acarrea la lentitud para la construcción de una pista sintética de hockey sobre césped, otro trabajo sobre el desabastecimiento en las placitas y mercados agropecuarios como consecuencia del azote del huracán Irma, un fotorreportaje acerca de los símbolos patrios, el acta de la última reunión que tuvo mi colectivo, gestiones para solucionar problemas de mi auto...


Son solo una parte de las muchas cosas que tengo pendientes, pisando los talones de mis ocupados minutos... pero todo ello puede esperar. Lo que no aguarda ni un minuto más es esa foto que tomé hace un puñado de horas, bajo la luz de la luna, a cielo abierto, en el patio del Museo Provincial Coronel Simón Reyes, de Ciego de Ávila.

Sentada sobre las piernas de su joven madre (cuyo nombre y procedencia también ignoro), a la princesa no se le escapaba ni un solo detalle, durante la velada cultural que allí tenía lugar. Por momentos quedaba profundamente concentrada, escuchando los acordes del violín, como si flotara en cada nota, mientras una casi imperceptible sonrisa le contorneaba las mejillas.


En más de una ocasión se volvió hacia su mamá para, con el pequeño dedo índice, llamarle la atención acerca de lo que en el escenario sucedía.

Y cuando cada artista terminaba su presentación, la diminuta espectadora estallaba en un interminable aplauso, pletórica de un gozo que no sé si otros adultos habrán dejado de percibir, pero que para mí, con el más profundo perdón hacia el magnífico espectáculo, fue lo mejor de la noche.

¿La noche dije? Sí, la noche. La misma noche en que ella posó sus ojos de tierna cocoyita mientras miraba algo brillante, allá lejos, tan lejos que parecía rozarle la punta de la nariz. Era la Luna. 

Entonces una fugaz idea me estremeció los 56 calendarios que con orgullo llevo sobre espalda. Quizás la diminuta princesa había descubierto, en lo más alto, el rostro de Lunita: la niña que nunca constó en registro de nacimiento o de inscripción porque no pudo ver el alba, pero que crece allá,  donde nacen los mismos destellos de la luz en que ella envuelve y me hace llegar su beso, cada noche.






viernes, octubre 20, 2017

 

TENIDOS EN CUENTA




Fueron doce avileñas y avileños, además de la Compañía de Teatro Primero. 

Lugar: Museo Provincial Coronel Simón Reyes, de Ciego de Ávila. 

Motivo: Reconocer la consagración de un grupo de personas a la Cultura Cubana, en este territorio .

Por ello la velada tuvo el sugerente nombre de Vidas consagradas.


Y muy atinada, por cierto, la inserción de tres momentos culturales a cargo de Amanda García, estudiante de música (violín), el también joven Quinteto Azares y  el Cuarteto Vocal Andares, procedente de Guantánamo este último.

En fin... que, una vez más, son tenidos en cuenta los que aportan.

Aquí sus nombres: Santos García, Norma Rojas, Yudeisy Viera, Gloria Piñero, Luis Gutiérrez, Jorge Luis Neyra, Yoandry Infante, Miguel Lima, Alexis Valdés, Ricardo Benítez, los doctores Luis de Oro Páez y Carlos Yafalce, así como la mencionada Compañía de Teatro.






lunes, octubre 16, 2017

 

EL HIJO DEL INVASOR




A Brisbany Recio Pérez la recia idea de estudiar periodismo no solo se le metió con huracanada fuerza en la cabeza… también por todo el cuerpo.

Por eso, cuando por razones de salud le indicaron permanecer su año de servicio militar vinculado al periódico Invasor, de Ciego de Ávila, vio los cielos más abiertos aún.

“Desde pequeño siempre me gustó conocer un poco de todo, leer, investigar, recopilar datos… Ya más grande, fui aprendiendo que la prensa está hecha para llegar a la gente, reflejar lo que sucede, informar y, sobre todo, para ayudar a resolver problemas. Por eso me incliné por el periodismo al terminar mi preuniversitario.”

En verdad, Brisbany comenzó su etapa de servicio militar en tareas de enfrentamiento al mosquito Aedes aegypti, para impedir que el peligroso vector continúe transmitiendo enfermedades, pero le detectaron un pequeño problema cardiaco y lo aconsejable fue cambiarlo de escenario.

“Ese tiempo que estuve en Invasor —explica— antes de comenzar mi vida de estudiante universitario, fue importantísimo para mí, no solo por lo que pude empezar a aprender en el orden profesional, sino también por el ambiente verdaderamente familiar que se respira en este órgano de prensa.

“Aquí he aprendido que se puede trabajar en un lugar y sentirse, al mismo tiempo, como en la propia casa. Me gusta mucho, además, la dedicación que caracteriza a este colectivo. Hay un ritmo bastante fuerte, que obliga a estar todo el tiempo activos, pero eso no me preocupa, ni me atemoriza; todo lo contrario, me parece muy bien que sea así; por eso el periódico tiene buenos resultados.”

Vinculado al archivo, Brisbany ha sido como el hijo de los menos jóvenes y el hermano menor de los más nuevos.

Muy maduro para su edad, respetuoso, con un carácter más bien serio, aunque apto para largar esa sonrisa abierta que le brota desde el fondo de su infancia, da la impresión de ser uno de esos muchachos recién graduados, dispuesto a trabajar donde sea necesario, a cualquier hora.

Lo demostró a punta de escoba durante las limpiezas generales en el medio de prensa, ayudando a Magali, la compañera del pantry, durante la celebración de los cumpleaños colectivos o individuales (como el que a él mismo le festejaron), en las reuniones con todos los trabajadores e incluso inmediatamente después de azotar el huracán Irma, cuando fue de los primeros en llegar al periódico para ayudar en lo que hiciera falta.

Esos son los estudiantes de periodismo que necesitamos… jóvenes que no dejen, ni en el aula, ni en ningún otro espacio, duda acerca de cuán recto y co-rrecto es el rumbo que han tomado.



jueves, octubre 05, 2017

 

NIÑOS A BORDO DE UNA VALIJA


Ellos —niñas y niños avileños de cuarto y sexto grados que para consolidar todavía más sus conocimientos acuden a la experiencia de la profesora Dolores Suárez— no pudieron contener la sensibilidad aprendida “de Fidel, del Che y de nuestros padres”, y decidieron hacer algo por otras niñas y niños, con cuyas familias el huracán Irma no tuvo la menor piedad.
 
Entonces comenzaron a hurgar entre closets, escaparates, zapateras, maletas y todos esos espacios donde solemos guardar o colocar artículos de vestir, calzado y hasta juguetes.

Lo demás, amigos lectores, pueden imaginarlo ustedes. En cuestión de horas quedó conformada una valija que, si bien no resolverá todas las necesidades de sus destinatarios (aun cuando está bien surtida y variada) seguro estoy de que será una inyección de aliento, de esperanza y de optimismo.

Puedo imaginar el rostro pequeños donantes como Lorena González, Mélany Pérez, María Fernanda González, Dusmel Noa, José Vázquez y todos los demás, si personalmente les entregaran esos artículos a quienes residen en el poblado costero de Punta Alegre, allá en el extremo norte avileño, vapuleado por la furia del meteoro.

Imagino también el semblante de los pequeños residentes allí al recibir los obsequios, por intermedio de un grupo de periodistas del territorio, empeñados en concretar también su aporte.

Y puedo imaginar la expresión de aquellas niñas y niños cuando abran un sobre, anexo, con cartas y mensajes.

Individualmente anónimo, pero con un incuestionable sentido de amor colectivo, uno de ellos dice: “Lamentamos mucho lo sucedido. Conocemos la situación en que ustedes están y por eso les hacemos estos regalitos. Si nosotros tuviéramos una situación así, ustedes harían lo mismo…”

Con no menos cuidadosa caligrafía, otra cuartilla hace constar, en nombre de madres y abuelas: “Nos solidarizamos con todos ustedes y les reafirmamos que estén confiados en la Revolución, porque ninguno quedará desamparado. Nuestro querido Fidel nos enseñó a compartir lo que tenemos. Ustedes no están solos.”

E igual certeza deja una de las estrofas compuestas por alguna también solidaria mano, al escribir: “Todos somos como hermanos/ nos debemos siempre amar/ y jamás habrá un cubano/ que no se deje ayudar.”

Cada pulóver, pantaloncito, short, sábana… hallará cálido y agradecido cuerpo. Nadie lo dude. Seguramente, alguien guardará los mensajes. Y en algún lugar especial ha de permanecer ese sobre de papel, en cuya superficie los niños pegaron un lindo corcel blanco… como expresión simbólica del modo en que, ante momentos tan difíciles como estos, también la niñez continúa cabalgando con Fidel.












 

RAISA, UNA MUJER AGRADECIDA




Yo he visto la gratitud en el rostro de Raisa Rodríguez Rodríguez, una joven madre que, tras haber visto su casa derribada por el huracán Irma, halló techo seguro, junto a otras 15 familias, en el local que durante años ocupó la Escuela Provincial de Bandas, en Dominica, municipio de Majagua, provincia de Ciego de Ávila.

Ella, como otras madres de 14 niños que permanecen allí, no solo ha tenido asegurados, cada día, desayuno, almuerzo y comida, sin rayar un fósforo, sino también garantía de atención y de asistencia médica.


Una de las imágenes que acompaña a este breve texto fue captada por mi lente mientras Raisa compraba medicamentos, allí mismo, sin necesidad de trasladarse hasta Majagua o a otro lugar.

Para ello, personal de enfermería llegó a Dominica, junto a pediatras, ginecoobstetras, estomatólogos, especialistas de medicina interna, de rehabilitación, higiene…

Ella misma había sido beneficiada por la Salud cubana, dos días antes, cuando, ante el estado febril de una de sus dos niñas, acudió rápidamente una ambulancia para garantizar el traslado.

Pueden faltarle, sí, muchas cosas a Raisa, a su esposo e hijas, en Dominica. Pueden tener enormes deseos de volver a levantar la humilde casita que Irma derrumbó sin compasión… pero yo, que la he visto más de una vez en estos días, sé que es una mujer, y sobre todo una madre, agradecida.

(Tomada de mí mismo, en TVA)

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