sábado, marzo 27, 2010

 

A QUIEN PUEDA "MOLESTAR"

Aparentemente “preocupado” porque no encuentra comentarios en los artículos que escribo (y aclaro que rara vez empleo ese género periodístico) alguien me ha enviado un mensaje.

Al remitente (cuyo nombre no consigna en ningún lugar) le asalta la duda acerca de si no recibo comentarios o si no los publico por razones de censura o miedo a que no concuerden con la política de quienes me permiten, viviendo en Cuba, tener acceso a Internet y hasta un blog…

En verdad siento una mezcla de gracia y lástima hacia ese sujeto (no sé si hombre o mujer) incapaz de identificarse. ¿Por qué? ¿Acaso por el miedo que desde la oscuridad pretende atribuirme a mí?

Pareciera esa una tendencia de estos tiempos “modernos”. No me parece muy serio, ni valiente, chillar sin dar el rostro.

Pero con gusto diré algo: en mi blog sobra espacio para la opinión de todos los habitantes de esta tierra siempre que se identifiquen. A actuar así me ha enseñado la vida desde que nací hace casi 49 años. Y me parece, por demás, algo elemental para iniciar o mantener cualquier conversación e intercambio serios.

Lamentablemente con determinada regularidad llegan a mi buzón mensajes anónimos, muchas veces ofensivos e irrespetuosos, carentes de valentía y de dignidad, torcidos al estilo de quienes odian de forma visceral e inexplicable a mi país. Esos no van a encontrar JAMÁS espacio en mi blog: los envío al lugar que para los cobardes siempre reserva la historia: el olvido.

Si a esos remitentes les molesta (o “les pica” –como solemos decir en buen cubano) lo que escribo, por algo será. No es mi intención hacerlos sentir mal. Todo lo contrario. Desde niño me enseñaron a respetar el criterio de los demás, incluso no compartiéndolo. Lástima que por el ciberespacio vuelen individuos que nunca han aprendido a vivir con los pies bien puestos en la tierra.

De cualquier modo, gracias por entrar a mi blog. Yo no te forcé a hacerlo (Señor Anónimo). Pero una vez dentro de él compórtate como la persona educada y valiente que tal vez tus padres quisieron hacer de ti alguna vez.

Mi puerta sigue abierta. Y mis oídos prestos a escuchar el nombre de quien llega y el Buenos días que siempre le deseo a quien recibo en son de eso que tanto necesita el mundo: PAZ.

 

COLEGAS EN MI CASA

Tuve el inmenso privilegio –nadie lo dude- de recibir en mi provincia a los colegas que fungen como corresponsales del periódico Granma en todas las provincias cubanas.

El grupo, encabezado por Lázaro Barredo Medina (director del órgano), dos subdirectores y varios periodistas de la redacción central, permaneció aquí durante cuatro bien intensas e inolvidables jornadas.

Aunque se repite cada año, no fue esa una visita de rutina. Evaluar individualmente el trabajo de cada corresponsalía durante el 2009 era uno de los propósitos. También lo fue orientar la labor para el presente año, contactar con lectores y tener un acercamiento al acontecer socio económico de esta oriental provincia, ubicada unos 700 kilómetros al este de la capital cubana.

Todo se cumplió con creces. No es solo mi criterio. Así opinan también quienes se despidieron con un abrazo de verdad: el mismo e inevitable abrazo del anterior encuentro (en Ciego de Avila), el de Guantánamo, Camagüey, Sancti-Spíritus… el abrazo que nos ha unido durante años de serio y apasionado ejercicio en esta profesión de verdades.

Pudiera teclear horas enteras acerca de esos días … y aún así sería insuficiente.

Por ello, solo dejaré como zumo del encuentro la satisfacción que a todos nos provocó la posibilidad de ese reencuentro, intercambio, reflexión, compromiso, y sobre todo el contacto amplio, franco y directo con cientos de lectores que libres también de cualquier formalidad nos aportaron opiniones y sugerencias muy útiles para seguir haciendo periodismo a la medida de Cuba en el contexto de estos tiempos.

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