martes, julio 12, 2022
MÍA, DE TODOS
Desde niños nos enseñaron a amarla.
Yo tuve la doble sensación o motivación (patriótica y familiar) porque se me antojaba parecida a mi adorada abuela.
Lustros y décadas han transcurrido desde entonces y Mariana sigue ahí, en el corazón no solo de los Maceo y de los Grajales, sino también de todos.
Cómo no adorar a esa mujer humilde que lecciones tan hermosas, de dignidad, coraje y cubanía, nos dejó para la eternidad.