sábado, julio 17, 2021

 

NO SIRVEN PARA NADA


Ante la convocatoria del mismo sujeto que los ignorará completamente mañana, cuando ya no hagan falta para nada, salieron “pacíficamente” a lanzar piedras, botellas encendidas y otros objetos contra instalaciones, a agredir a las autoridades encargadas de asegurar el orden y la tranquilidad, a ofender el honor de los héroes y de la Patria, a destruir vidrieras, a saquear tiendas, a anunciar muertes y linchamientos.

   Todo el mundo sabe de qué hablo y a quiénes me refiero. Imágenes captadas y transmitidas por ellos mismos, los autores (algunas con pésimos y muy torpes montajes) o tomadas por lentes que salieron a enfrentar con verdades la mentira, permiten apreciar la calidad del “material humano” convocado desde el exterior y movilizado por el enemigo imperial y por la mafia anticubana radicada sobre todo en Miami… para acabar con Cuba.

   Nadie pierda su precioso tiempo indagando si en la violenta turba había estudiantes de medicina, pedagogía, agronomía, deportistas, alumnos de la enseñanza artística, operadores de combinadas cañeras, campesinos, soldados del servicio militar, rastreros, zapateros remendones, limpiabotas, obreros de los servicios comunales, ganaderos, jubilados…

   La comparecencia televisiva de especialistas que intervienen en la investigación de los hechos confirma lo que toda persona cuerda, honesta y revolucionaria sospechaba desde el principio: en su casi totalidad se trata de individuos sin vínculo laboral o actividad socialmente útil. Y, como era de esperar, también, suelen acumular una rica trayectoria de antecedentes que dan algo más que pena (penales).

   Buena selección, no hay duda, la que están haciendo los cerebros ¿pensantes? y las “manos pagantes” desde el exterior. Ellos sabrán.

   De la ignorancia que los corroe -sigo refiriéndome a los revoltosos- no hace falta hablar. Su propia actitud no solo destila infamia, bajeza y salvajismo sino también una desinformación sin límite en torno a la verdad racional y una saturación extrema en cerebro de la “infopagada mentira”.

   Dicho en otros términos: cero argumento, ningún razonamiento lógico, ni rastro de sensatez y sí mucha bestialidad, comportamiento irracional, agresividad, instinto brutal, violencia incontenible.

   Puedo imaginar sus respuestas si les preguntáramos con qué objetivo protagonizaron tales actos o qué les falta en esta sociedad, qué esperan (en el hipotético, improbable y holocaustico caso) de un gobierno puesto o impuesto por Estados Unidos; eso es: qué les esperaría a ellos mismos.

   Usted, que lee, no tenga ni la menor duda: es tal la incapacidad y la ceguera de ese segmento, que ni idea tienen de lo que les aguardaría.

   ¿Un oficio digno? ¿Un empleo sano? ¿Estudio y superación después de haber desperdiciado las mil y más posibilidades que les ha dado la educación en este país?

   Muy buenos para lo malo, su futuro lindaría entre las bandas delictivas, la violencia sin escrúpulo, la droga, la cárcel y la muerte.

   Tal es la miopía política (con 20 X 20 de visión para el billete fácil, eso sí) que ni siquiera se percatan de algo que mortifica a la inmensa mayoría de la sociedad: Cuba es el único lugar del mundo donde lacras así pueden vivir sin trabajar, sin disparar un chícharo y, sin embargo, disfrutar hasta gratuitamente los mismos derechos y beneficios que tienen quienes sí se consagran al trabajo creador.

   Ahhh, pero no están conformes con lo que inmerecidamente tienen, con lo que en equidad el Estado cubano reparte, con esa seguridad y esa tranquilidad solo mancillada por elementos de su propia calaña; tranquilidad que paradójicamente les falta a muchos de los que tienen sustanciosas cuentas bancarias en verdes billetes, bienes y propiedades en otras partes del mundo.

   La oportunidad de estudiar, de formarse, de ser buenos y de hacer bien, la tuvieron TODOS desde que bajaron por sí mismos de la cuna.

   Atrás dejaron la niñez, la adolescencia y en algunos casos hasta la primera juventud. A esta altura de la vida se sabe bien lo que es bueno y lo que no. Duro, muy duro debe resultar lo sucedido para padres que no hicieron en su momento lo que le corresponde a todo el que quiere para su hijo o hija lo mejor. Triste para vecinos e instituciones sociales que pudimos haber hecho más para evitar tan peligrosas torceduras.

   Otra vez la mano de ese imperio mil veces vil utiliza convenientemente a los flojos que se creen duros, les rocía migajas y promesas, los mueve como marionetas, los bestializa, los estafa, los embauca y, al final -ellos mismos se percatarán- los dejará solos, porque los yanquis no son tontos… saben que ese tipo de elemento antisocial, inepto, violento y peligroso no sirve para nada. Ni aquí, ni allá.

 

 


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