miércoles, diciembre 26, 2018
CLARO QUE CIEGO PUEDE PLANTAR MÁS
Es una verdadera lástima que la provincia de Ciego de Ávila
no disponga de los medios y recursos necesarios para mantener los niveles de
plantación de árboles que tuvo tiempos atrás, muy superiores a lo que, a duras
penas, puede lograr hoy, entre otras razones, por el insuficiente equipamiento
para preparar tierras.
A pesar de ello, sobre la base de lo que tiene a mano, el
territorio está cerrando año con todos los indicadores de la silvicultura por
encima del 100 por ciento, al inscribir, hasta el momento, casi 600 hectáreas en
fomento de bosques, 362 en plantaciones, 30 con fines de defensa, un área
similar en franjas hidrorreguladoras, 233 en manejo de la regeneración natural,
además de resultados superiores también en las trochas cortafuegos y en el
mantenimiento a plantaciones.
Un elemento favorable, según explica Mario Andrés Hernández
Pulido, director del Servicio Estatal Forestal en la provincia, es el comportamiento
que muestra la supervivencia, si se tiene en cuenta que, de apenas un 54 por
ciento hace tres años, hoy se logra que sobreviva el 76 por ciento de lo
plantado.
Favorece, además, el hecho de que Ciego de Ávila acumule un
trienio sin incendios forestales, no solo porque se estén elaborando mejor los
planes de medidas para evitar esos siniestros, sino también porque hay mayor
preocupación y ocupación en torno a la construcción y mantenimiento de las
trochas cortafuegos, más exigencia y chequeo sistemático por parte del Cuerpo
de Guardabosques.
Esas dos cosas (ascenso en la supervivencia y descenso en
los incendios) ayudan a contrarrestar un poco la afectación que acumula la
siembra por insuficiencias con los recursos.
Lo cierto es que ya el 2030 está prácticamente a la vista y,
en correspondencia con objetivos fijados para el milenio, Ciego de Ávila se
propone tener para esa fecha el 24 por ciento de su superficie cubierta de
bosques o reforestada; es decir, alrededor de tres puntos por encima de lo que hoy
reflejan las estadísticas.
Por eso, como apunta Mario, se le concede gran valor a las
doce cuencas hidrográficas existentes, con mayor énfasis en la Yana, Itabo y Chambas, por
ser de interés provincial.