viernes, junio 08, 2018
INSUSTITUIBLE
Quiero seguir recibiendo
mañana
ese beso espontáneo e
incondicional
de mi hijo
y no la flor o el ramo de rosas
que sus manos pongan sobre mi
eternidad.
Quiero seguir escuchando su voz
y ese Papá
que hasta más allá de mi partida
me sonará a palabra recién nacida
de sus labios.
Quiero que no deje de venir a
preguntarme
ante la misma duda que
de otro modo
solo podría encontrar respuesta
imaginaria.
Quiero seguir sintiéndolo
acomodado sobre mis piernas de
carne y huesos
mientras conversamos
y no sentirlo hecho silencio y
recuerdos
lejanos en el tiempo, en la
distancia
durante esas tardes de tenue
brisa
sentado sobre mi esqueleto de
granito.
Y es que necesito seguir
alimentando
mis pulmones
hasta con el dióxido de carbono
que él despide
y retoñar yo mismo en su retoño
y volver a gorjear, yo,
con mi meñique entre los dedos de
mis nietas
a la vista de él
o lo que es igual:
a la vista del Mundo
(Ciego de Ávila 29 octubre 2017)