jueves, enero 25, 2018

 

HOY ES DOMINGO, MAÑANA TAMBIÉN



Iván Cheris, Presidente de la Asamblea Municipal del Poder Popular en Manatí, se excusa ante delegados e invitados para salir “un instante” del local donde, minutos antes, fueron aprobados los candidatos a delegados a la Asamblea Provincial y al Parlamento cubano.

Ante la curiosidad de todos, entra de nuevo, ahora cobijando con sus brazos a una mujer demasiado vital para llamarla anciana, pero con suficiente edad como para ser adorada ya por nietos.

Prácticamente nadie, entre los presentes, sabe de quién se trata. Solo un hombre, situado en la mitad posterior del auditorio, mira extrañado a la recién llegada y, en medio de un nerviosismo en creces, intenta esbozar una sonrisa, mientras se pasa la palma de la mano por el rostro.

Lo demás, es asunto del fino guión preparado para despedir a una persona cuando es totalmente incierto que se va.

Una selecta relatoría acerca de su paso por peldaños como el de la Unión de Jóvenes Comunistas (donde llegó a ser su Segundo Secretario en la provincia de Las Tunas), el del Partido (máximo dirigente en Manatí), el de organismos donde puso su latido: la agricultura, sector de la educación… tienen como complemento visual imágenes de una fuerza aplastante.

¿Y por qué mientras eso ocurre, la buena mujer se pasa el pañuelo por los ojos? ¿Y por qué, hasta el sujeto que antes sonrió, simula rascarse ahora los suyos, cuando, en realidad, lo que intenta es aguantar como todo un hombre macho de verdad? 

“Si irremediablemente tiene que partir de nuestro municipio —opina una delegada— no tenemos otro remedio que desearle éxitos en las tareas futuras, pero… ¿por qué no se queda con nosotros?

Y otra voz habla en términos similares, y el pañuelito de la mujer vuelve a su rostro, y a más de uno, o de una, se le empieza a hacer un nudo en la garganta. Y al final el hombre tiene que ir al frente, a recibir un reconocimiento multiplicado en obsequios y en aplausos. Y a duras penas admite que es, quizás, el momento más emocionante, pero también el más difícil de su vida, pero “un revolucionario asume las tareas que le asigna el pueblo y lo único que yo sé hacer es trabajar, porque fue eso lo que me enseñó la Revolución”.


Hoy es domingo, pero igual puede ser cualquier día de cualquier semana. Hoy es a Domingo (Pérez Muriela) a quien despide Manatí, pero igual puede ser a cualquier otro hombre o mujer siempre que se haya entregado, como él, al trabajo, de verdad, y haya dejado sensible huella entre la gente. Hoy es Regina Muriela, traída en “secreta operación” desde Colombia, quien llora emocionada. Y ojalá siempre haya madres que se enjuguen, por igual motivo, las lágrimas con un humilde pañuelito, mientras los demás dicen cosas tan reconfortantes acerca del hijo amado. 




 

Comments: Publicar un comentario



<< Home

This page is powered by Blogger. Isn't yours?