sábado, junio 17, 2017
SÍNDROME TRUMP-DOWN
No escribiré mucho. Tampoco es necesario. Hasta un niño comprende la poca, o nula, sustancia gris que hay dentro de un cerebro que, sin embargo, piensa, emite y dicta "en puro color gris" para todo el Mundo.
Solo invitaré a que lean dos flashazos que ha
publicado el periódico donde trabajo (Invasor).
Uno de ellos se titula Cinco conclusiones y la certeza hecha himno.
El otro, Si Trump quiere saber, que lea.
Y, antes de "irme del aire", reafirmaré cuánta visión, fino olfato y humor sigue
teniendo mi amigo, hermano, Raffaele Testagrossa, un excelente italiano radicado en Las
Tunas (oriente de Cuba), quien desbordó simpática y acertada imaginación, desde
que el Señor Trump llegó a la presidencia del imperio norteamericano...
No me lo crean; observen ustedes mismos, y
mismas, esta modesta obra en vidrio, de Raffaele, que muestra a un flamante auto norteamericano con
serios fallos de carburación en su orientación hacia Cuba (trump, trump, trump...)
No digo nada más. No escribiré mucho. Tampoco
es necesario. Hasta un niño entendería que no hay quien entienda lo que está
pasando por el vacío espacio donde el presidente norteamericano debió llevar
cerebro.
(Gracias Osval, por esa genial caricatura que he tomado sin tu permiso, Hermano)