jueves, diciembre 01, 2016
MENSAJE DE GARRA Y MIEL
Inmediato en el tiempo, sin bloqueo, cristalino y con olor inconfundible
a Nuestra América, nos ha llegado un correo electrónico, procedente de Buenos
Aires, Argentina.
¿Cuántos mensajes arriban constantemente a Cuba, desde todos
los rincones del planeta, para transmitir hasta lo que ni el dolor ni las
palabras permiten expresar, tras el deceso físico del Comandante en Jefe Fidel
Castro? Miles.
Sirva este, enviado por Irene Perpiñal, desde el Museo
Ernesto Che Guevara, en Buenos Aires, como expresión de verdades a pleno sol y
luz, que ningún dedo puede ocultar.
Con un nudo en la garganta,
Irene nos dice:
A todos mis hermanos
cubanos:
Soy hija adoptiva de
Cuba; soy una mujer que pasó y ya no pudo salir de vuestra Cuba, y, cuando
pudo, se trajo toda la Isla
en su corazón hecho jirones al ver lo que vio y vivió por vuestras calles y
vuestras casas, por todos los rincones, por todas vuestras almas.
Yo no sabía nada, y de pronto lo supe todo. Había un hombre, un hombre que era un pueblo, un pueblo que era garra y también era miel. Ese hombre y ese pueblo me dieron identidad, volví a nacer, volví a crecer, me hice gente de verdad, pero de verdad sincera y sana.
Yo les debo todo, les debo todo; hoy me cuesta escribir, hablar y hasta ver porque soy de moco fácil. Y lloro, pero no estoy triste; estoy de pie y con fuerza para seguir con vuestras enseñanzas y el legado que solo Él pudo dar.
Como hija y alumna de la dignidad de todo un pueblo y del mayor maestro y guía, Comandante Fidel le digo con todo mi corazón: Seguiremos.
¡Hasta la victoria siempre!
Irene Perpiñal (Directora Museo Ernesto Che Guevara, de Buenos Aires)