jueves, noviembre 03, 2016
OFRECIERON HASTA EL CORAZÓN
Volvieron a casa, con los mismos equipos que Ciego de Ávila
los vio partir, 22 jornadas atrás, dispuestos a hacer brillar, con luz, todo lo
que el huracán Matthew oscureció, a su paso por Baracoa y Maisí.
Y trajeron, además, una estiba incalculable de vivencias,
asociadas al destrozo causado por el meteoro en viviendas, instalaciones
sociales, redes eléctricas y telefónicas, pero también a la gratitud de
familias sumamente humildes, que “se quitaban hasta lo que ya no tenían” para
ofrecérselo a los miembros del contingente eléctrico procedente de Ciego de
Ávila y a fuerzas multisectoriales procedentes de todo el país.
Numéricamente sumaban 170. En la práctica era el aliento
solidario de miles de avileños dispuestos también a apoyar, desde acá, esa
devastada zona del extremo oriental cubano.
Lo saben Quintín León, de Majagua; Ariel Díaz, de la
cabecera provincial avileña y todos los que les restauraron el servicio
eléctrico a más de 5 300 familias, muchas de ellas asentadas en lo más
recóndito de la serranía guantanamera.
Difícilmente los años borren de ellos, nuestros eléctricos,
las crudas imágenes de las secuelas dejadas por Matthew. Pero tampoco olvidarán
la noble expresión de mujeres besando, en infinita gratitud, las manos de los
recién llegados en apoyo; los jóvenes cargando a cuestas, o a lomo de mulo,
postes y transformadores, loma arriba; la anciana acercándose con un vaso de
humeante café; los hombres preguntando en qué podían ayudar…
Y, al final, ese “adiós” (hasta pronto, vuelvan, aquí tienen su casa y su familia), en medio
de lágrimas muy distintas de las que brotaban el primer día, cuando quizás
algunos serranos se preguntaban si volvería a haber luz allí, y, por respuesta,
las manos de la solidaridad parecían cantar, a una sola voz, “quién dice que todo está perdido, yo vengo
a ofrecer mi corazón…”
(Escrito para TVA)
Foto: Cortesía de la Empresa Eléctrica de Ciego de Ávila
Foto: Cortesía de la Empresa Eléctrica de Ciego de Ávila