Divino y santo este Viernes, antesala del apacible ambiente que me espera, mañana sábado y el domingo.
Allá, en un tranquilo recodo de la piel espirituana me espera la ternura sin fin de mi madre.
Cargado de infantiles sueños partiré temprano, junto a mi Reina.
¿Quién no se siente niño cada vez que corre a los brazos de su Mamá?, no importa si con 5, o con 55 años en las costillas, como casi casi estoy acumulando yo en las mías.
Pero sobre todo rodaré los 75 kilómetros que median entre Ciego de Ávila y Sancti-Spíritus, cargado de niñas y niños... en mis memorias (flash y cerebral), en mi mochila, en la almohada.
Sin ellos no respiro igual... desde que era niño.
Y no es capricho. Es necesidad, como la tuya, que me lees, aunque tal vez casi nunca lo digas.
¡Hasta el lunes, pues!
¡Arriba, niños, montando... qué me voy!
# posted by Pastor Batista Valdés @ 3:01 p. m.