domingo, noviembre 30, 2014

 

AMO, AÚN MÁS, A UNA MUJER "OSCURA"



Acabo de leer en Rebelión un excelente material escrito por Ángela Davis con el título De Michael Brown a Assata Shakur, la continuidad del estado racista de EE.UU.

Sus nueve párrafos me dejan un doble y contradictorio sabor. Por una parte, mucho pesar e indignación ante la impunidad con que el racismo sigue cobrando vidas negras a mano de manos blancas en Estados Unidos.

Como bien afirma Ángela, los casos de Trayvon Martin en la Florida y de Michael Brown en Ferguson, Missouri, “son solo los más conocidos de incontables personas negras muertas por la policía o por parapoliciales durante la administración Obama”: un hombre en quien muchas miradas creyeron ver el advenimiento de una etapa post-racial o al menos “menos racial”.

Paralelamente, el artículo de Ángela Davis me refuerza ese sano orgullo y la tranquilidad que sentimos los cubanos, al vivir en un país ajeno a tal brutalidad humana, aún cuando por herencia de siglos puedan quedar vestigios cada vez más pálidos en torno a ese flagelo asociado al color de la piel.

De hecho, más de una vez la Davis reitera el caso de Assata Shakur, una mujer negra norteamericana, acusada y re-acusada falsamente allí en los años 70, vilipendiada por los medios y demonizada por el Buró Federal de Investigaciones, quien finalmente decidió radicar en Cuba, “donde desde entonces ha vivido, estudiado y trabajado como miembro productivo de la sociedad”.



Pero el artículo me deja también la inmensa satisfacción de amar y sentirme amado, como nunca en mi vida, por una mujer de tez oscura: insuperable y divina mezcla continental de un plasma que va mucho más allá de lo sanguíneo. Reina Torres Pérez es su nombre. Y en mí, Reina todo el tiempo… desde el trono que tan bien se ha ganado no solo amando hasta espacio blanco de mis poros, sino también sus raíces mías, la historia común, el pasado como soporte del hoy y garantía del “siempre-después”, los niños como fortuna suprema, los derechos de todo tipo en todos los seres humanos…

Amo a una mujer clara, que amo y me ama sin pedir nada… afirma Silvio Rodríguez en su canción Pequeña serenata diurna. Y leyendo a Ángela Davis, soy feliz, soy un hombre feliz (como también asegura Silvio) porque sin que nadie me moleste, sin que a nadie le parezca mal –todo lo contrario- y sin que nadie le toque a mi Reina ni un solo pelo de su cabello, tengo el privilegio de poder decir aquí, en mi Cuba: Amo a una mujer mestiza, que amo y me ama sin pedir nada, o casi nada, que no es lo mismo pero es igual.



Comments:
no existe el racismo en nuestros pueblos tanto en cuba como en mexico porque todos nosotros somos hermanos y paizes anglosajones son muy selectivos a quien darles una mano u un abrazo
 
Bello escrito Pastorcito, lleno de amor como siempre.
 
EXCELENTE PASTOR,EXCELENTE..ASI ES,EN NUESTRA CUBITA BELLA Y AMADA NO HAY LUGAR PARA LA DISCRIMINACION RACIAL,UN FLAGELO QUE LACERA LOS PAISES DEL PRIMER MUNDO.....UN ABRAZO DE UN TUNERO DE PURA CEPA DESDE SIERRA LEONA...
 
Muchas gracias a mis amigos y amigas por acceder a mi espacio y por la sensibilidad y sinceridad con que me expresan sus opiniones.
 
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