domingo, enero 16, 2011

 

¿RATAS EN EL CIBERESPACIO?

Es lamentable que con las enormes posibilidades que ofrecen las redes sociales para el intercambio sano, el razonamiento cordial, la persuasión y el entendimiento (incluso entre personas con puntos de vista y concepciones diferentes) el éter digital se esté contaminando últimamente por una “plaga” cuyo propósito abierto y descarnado es provocar de forma burda e irrespetuosa a quienes vivimos en Cuba, con marcado énfasis en los periodistas.

No es casual la presencia en el ciberespacio de esa “fauna“, que por obra y gracia de algún “milagro” (al parecer muy bien pagado) se pasa todo el tiempo –y no exagero- anclada sobre el teclado, destilando veneno a punta de pezuñas.

Si sus criterios se sustentaran en juicios serios, sobre bases respetuosas, cualquier diálogo podría resultar no solo posible, sino incluso provechoso.

Pero, por lo general, esos “personajes” dejan muy poco o ningún margen para la buena intencionalidad, cuando su estilo predilecto es invadir muros, buzones y espacios, por medio de groseras referencias a hombres que hoy el mundo entero admira y reverencia, tales como nuestro Guerrillero Heroico Ernesto Che Guevara (paradigma para millones de personas, hasta dentro de Estados Unidos) o el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz (ídem).

La manipulación sucia de imágenes, la tergiversación de realidades, el empleo superlativo de la mentira y hasta el uso de términos obscenos están entre sus características más recurrentes y “sobresalientes”.

Sucede que han escogido –o les han indicado escoger- un sector nada fácil para su embestida: la prensa.

Hay que ser muy iluso para suponer que podrán confundir o “marear” a periodistas con suficiente vergüenza y experiencia, en asuntos que hasta un niño entiende por sí solo aquí, sin ayuda de nadie.

No trasluce ni el menor pudor o respeto hacia sí mismo quien chilla desde un escondrijo externo, queriendo presentar al terrorista internacional Luis Posada Carriles como inocente, sin responsabilidad en el sabotaje al avión de Cubana en las costas de Barbados.

Con esa ridícula melodía se han dado amplio violín durante los últimos días. ¿Olvidaron acaso que el propio Posada confesó su autoría y hasta se vanagloria de ese y de otros crímenes?

Claro que no lo han olvidado. Lo recuerdan perfectamente, como también saben que Cuba les ha aportado a las autoridades norteamericanas pruebas contundentes e irrefutables al respecto. Pero ahora lo importante es mentir, salvar al asesino, crear confusión, imponer un criterio, justificar la barbarie de un imperio que ha abocado a la humanidad a las puertas de su propio holocausto.

Y para ello, nada mejor que atacar y tratar –en vano- de demeritar a la prensa cubana: esta que durante más de medio siglo ha sido un sólido pilar, no solo en materia de apego a la verdad, sino también en la preparación de la población para que piense, sienta, se exprese y actúe como hoy lo hace la inmensa mayoría de quienes habitamos este Archipiélago.

Por eso las dentelladas de esa fauna anticubana tienen como objetivo directo nombres y apellidos muy concretos, saldo de una intención al parecer muy bien planificada, orientada, concebida, dirigida…

Sé de casos como el de la colega Míldred Legrá Colón, en Holguín, contra quien han desgranado una verdadera avalancha de provocaciones políticas y personales, sin tener siquiera en cuenta su tierna condición de mujer.

A Juan Morales Agüero, de Juventud Rebelde, han llegado a proferirle amenazas de tipo familiar; con Arturo Chang, el director del periódico Vanguardia, de Villa Clara, se ensañan cada vez más; lo mismo ocurre con Alexander Parra Suárez; en el muro de quien escribe estas líneas han depositado burdos insultos…

Una de las últimas “gracias”, bajo el título ¿Qué significa ser provinciano?, fue redactada, o tal vez cortada y pegada, por un sujeto que dice ser vaquero. ¡Vaya ganadero ese que está las 24 horas del día enhorquetado sobre mentiras a lomo de computadora y no sobre un caballo arreando sus reses.

Pues bien, al referido sujeto “se le ocurrió” agraviar a quienes ejercemos la profesión a todo lo largo y ancho de Cuba, porque –según él- somos unos periodistas ineptos e incapaces, aislados del mundo, de la realidad…

Mis más sinceras gracias –le respondí- por lo que dice (y sobre todo por lo que no dice). En lugar de molestia, esos ladridos provocan satisfacción: no por el modo en que nos ofenden a nosotros, sino por esa rabia implícita que los carcome y delata a ellos.

Muy mal, y hasta preocupados, debemos sentirnos el día en que gente tan extremista hable bien de nosotros. Esa “perreta” insensata y repentina no es fortuita. Les molesta la forma en que seguimos escribiendo, la manera en que llegamos hasta quienes debemos llegar dentro y fuera del país, la credibilidad y confianza que mantenemos a pesar de todo el dinero que pagan nuestros enemigos para desacreditar al periodismo cubano…

Jamás las ratas fueron importantes sobre la faz de la tierra. Seguro estoy de que tampoco lo serán dando saltos y chillando por el ciberespacio… al menos entre las personas de juicio, de buenos sentimientos y de ética verdadera que navegan tranquilamente, en busca de amigos, de verdades, de la comprensión y de la fraternidad que tanto necesita el mundo en este momento crucial de la especie humana.

Comments:
Escribo anónimo porque no tengo cuentas en las opciones que brindas, aunque prefiero identificarme. Mi nombre es Santiago Gomez, vivo en Miami, Fl y mi correo electrónico es easyrightcorp@yahoo.com. No ofendo en mis comentarios y me gusta poder expresarme con entera libertad. Dudo que mis comentarios se publiquen, porque veo que debe ser aprobado por el autor del blog.
 
Sigo insistiendo, y hasta abrí una cuenta en Google. Cómo es posible que se pida comprensión, fraternidad y buenos modales a los "contrarios", cuando al mismo tiempo se abusa, se ofende y se golpea a ese "contrario", no hay un doble lenguaje? Me gustaría que me aclararas este punto.
 
Amigo Santiago. Ni una sola letra del texto Ratas en el ciberespacio va dirigida a quienes, como usted, respetan a los demás.
Admiro su capacidad para expresarse con entera libertad, sobre todo, si lo hace con la honestidad y con los modales que caracterizan al buen cubano (no importa dónde se viva).
Su estilo no parece ser el que contra mí, contra algunos colegas míos y contra los dirigentes históricos de Cuba, emplean constantemente esos "personajes" a quienes va dirigido el mencionado texto.
Yo no hice más que escribir "en lejanísima" concordancia con lo escrito por esas personas, con quienes -por demás- no vale la pena perder tiempo intercambiando, por ser tan burdo, agresivo e inaceptable en tono, los términos, las ofensas y las mentiras que esgrimen.
Gracias a usted, por venir a mi espacio digital.
Le abrazo
Pastor
 
Eres un irrespetuoso y un charlatán.
 
eres una rata cibernética!!!!!
 
Infinitas gracias Willy. Tus elogios me estimulan.
 
Pastor, hermano, con un poco de tiempo a mi favor, me "cuelo" en tu blog. Me gusta porque se parece a ti, en lo sencillo, en lo bello y profundo de tus cubanísimos argumentos.

Qué griten las ratas, hermano, es lo único que pueden hacer. Ya lo dijo el Quijote: "Los perros ladran, Sancho, señal que cabalgamos".

Un abrazo, Cesar
 
Tu opinión cuenta y resulta ser adecuada a la información que obtenemos de el ciberespacio.
Ma agrada tu forma de mandar la respuesta a cada correo tuyo que recibo.
 
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