CubanitoSoy

Hoy martes 26, la Asamblea General de Naciones Unidas votará otra vez contra el bloqueo impuesto por Estados Unidos a mi país (Cuba) desde hace casi medio siglo.

No es la primera vez que ese organismo internacional examina el asunto y se pronuncia por el fin de tan absurda política.

Si en noviembre de 1992, la 47 sesión ordinaria de la ONU aprobó la primera resolución de ese tipo por 59 votos a favor, tres en contra y 71 abstenciones, el año pasado 187 naciones levantaron manos contra la medida norteamericana (cifra sin precedente) con solo tres países en contra: Estados Unidos, Israel y Palau, mientras se abstuvieron islas Marshall y Micronesia.

Sobran años y razones para que la Casa Blanca renuncie a su tozudez y ponga fin al bloqueo directo, así como a las medidas y presiones sobre numerosas naciones, en su demencial afán por asfixiar a Cuba.

Esa guerra económica le ha causado a mi país pérdidas por 751 mil 363 millones de dólares y obstaculiza las relaciones comerciales con terceros, mediante la aplicación extraterritorial de leyes como la Torricelli y la Helms-Burton, creadas en octubre de 1992 y marzo de 1996.

Posiblemente no haya existido en el último medio siglo otra forma más abierta, descarnada y descarada de ignorar y subestimar al mundo, como el mantenimiento de ese bloqueo.

Pero… así es el paraíso norteamericano, el reino del bienestar y de los derechos humanos.