sábado, enero 03, 2009

 

2009: LA VIDA LATE A MI ALREDEDOR


Con el júbilo y la alegría de siempre, los cubanos acabamos de coronar un año más.

Obviamente, cada quien se hace su propio resumen interno: mezcla de comparación con calendarios anteriores y proyecciones de lo que aspiramos por delante.

Pero, ¿qué puede haber más importante que la salud, la vida?

Y en esa justa añoranza, no puede haber queja entre los habitantes de esta oriental provincia donde vivo desde hace casi dos décadas.

Estadísticas oficiales, publicadas este 2 de enero por el periódico Granma, ubican a Las Tunas como la provincia cubana con la más baja tasa de mortalidad infantil: apenas 2,7 niños menores de un año fallecidos por cada 1 000 nacidos vivos.

Países altamente desarrollados no logran ese resultado.

Sé que para algunas personas el comportamiento de ese indicador mueve a la curiosidad. Sobre todo porque Las Tunas no es precisamente una de las provincias del país con mayor desarrollo industrial, económico, social o cultural.

¿En qué se sustenta entonces esa alentadora tasa de mortalidad, en franco descenso cada año?

Evidentemente, la razón está en la alta prioridad que el territorio le concede a programas de gran trascendencia humana, científica y social como el de carácter materno-infantil, en función del cual no solo está todo el potencial profesional y material del sistema de Salud, sino también la integración de diversos organismos y organizaciones.

Dicho en otros términos: el “gardeo” constante sobre la futura mamá o el rigor con que se sigue el derrotero de cada bebito, no quedan entre los límites de los médicos y enfermeras que laboran en la red de atención primaria.

Sin la integración entre especialidades de la medicina cubana o sin la intersectorialidad que propicia el modelo social cubano, difícilmente hoy una provincia pequeña, como esta, pudiera exhibir tales resultados.

Todo cuanto hace la Revolución desde 1959 es precisamente en función de lo más importante: la vida humana, el bienestar de la población.

Sobran entonces razones para que los tuneros sientan orgullo en el despegue de este nuevo año 2009. Al privilegio de mostrar la más baja tasa de mortalidad infantil, se une otro logro indiscutible: este es el territorio que mayor expectativa o esperanza de vida registra en todo el Archipiélago.


Estadísticas, también oficiales, indican que en general los habitantes de esta provincia pueden vivir 79 años de edad (80 las mujeres, 78 los hombres).

Tampoco es casual ese indicador. Detrás de él hay una preocupación cierta y consagrada a favor de la vida en niños, jóvenes, adultos y personas de la llamada “tercera edad”.

Pueden faltarnos muchas de las cosas materiales que supuestamente “sobran” en las grandes sociedades de consumo. Pero, a cualquier hora del día o la noche, tenemos lo que no halla precio en este mundo: salud, atención, preocupación real por el ser humano, ciencia médica a favor de la vida…

No lo digo yo. Hablan por sí mismos los números y –sobre todo- la realidad.
Ese, y no otro, es el verdadero sentido de la vida.


Comments:
Ha sido de mucha ayuda su blog. Le escribo para pedirle su colaboración y es que ando detrás de una foto de la Orquesta de Guitarras, he encontrado la suya en este mismo blog y me preguntaba si tenía otras a mano para calzar una entrevista a su director. Mi correo es elmandy@hispavista.com
 
Es precioso leer notas de este corte, ver como Cuba mantiene la llama de la vida ia y esa ilusión... son tiempos difíciles, pero nunca se para. Será un placer ir este verano a conocer la isla y sus maravillas.
Gracias.
 
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