lunes, agosto 27, 2007
En Cuba...CARA A CARA CON EL HURACÁN
Otra vez la naturaleza puso a prueba –en días pasados- una de las posibilidades de la prensa cubana que más agradece la población en momentos de peligro o catástrofe: su capacidad para informar, alertar y orientar.
Desde el momento en que la probable trayectoria del Huracán Dean introdujo la sospecha de riesgo para nuestro Archipiélago, no solo la televisión nacional, y otros medios de similar alcance mantuvieron permanente seguimiento del fenómeno atmosférico, en estrecha coordinación con el Instituto de Meteorología, su Centro de Pronósticos, las autoridades de la Defensa Civil y otros organismos y entidades que intervienen en el enfrentamiento a situaciones de ese carácter...
Periodistas, camarógrafos, corresponsales, fotógrafos, técnicos, choferes y otros trabajadores de órganos provinciales, municipales e incluso de medios comunitarios, se insertaron -como de costumbre- en la intensa actividad de esas jornadas, cuando lo principal fue atenuar daños y proteger lo que desde enero de 1959 ha estado en el centro de preocupación aquí: la vida humana.
Pero si una vez más la prensa cubana pudo informar y orientar adecuadamente a la población, fue por la experiencia acumulada frente a situaciones así, y en especial gracias a la preparación que cada año recibimos, mediante ejercicios como el denominado Meteoro, de manera que ningún fenómeno climatológico adverso nos sorprenda.
Desde el momento en que la probable trayectoria del Huracán Dean introdujo la sospecha de riesgo para nuestro Archipiélago, no solo la televisión nacional, y otros medios de similar alcance mantuvieron permanente seguimiento del fenómeno atmosférico, en estrecha coordinación con el Instituto de Meteorología, su Centro de Pronósticos, las autoridades de la Defensa Civil y otros organismos y entidades que intervienen en el enfrentamiento a situaciones de ese carácter...
Periodistas, camarógrafos, corresponsales, fotógrafos, técnicos, choferes y otros trabajadores de órganos provinciales, municipales e incluso de medios comunitarios, se insertaron -como de costumbre- en la intensa actividad de esas jornadas, cuando lo principal fue atenuar daños y proteger lo que desde enero de 1959 ha estado en el centro de preocupación aquí: la vida humana.
Pero si una vez más la prensa cubana pudo informar y orientar adecuadamente a la población, fue por la experiencia acumulada frente a situaciones así, y en especial gracias a la preparación que cada año recibimos, mediante ejercicios como el denominado Meteoro, de manera que ningún fenómeno climatológico adverso nos sorprenda.