viernes, agosto 23, 2013
DE GERARDO PARA SAÚL LANDAU
Gerardo Hernández Nordelo, el hombre con quien más se ha ensañado la injusta justicia norteamericana en torno al politizado caso de los Cinco luchadores antiterroristas cubanos… vuelve a ser la expresión viva del aliento humano.
Basta leer las líneas que, arrancadas desde
el fondo de sus sentimientos, acaba de dedicarle a Saúl Landau, amigo personal
suyo, de Cuba y de todas las nobles causas en este mundo.
Solo alguien con un caudal inmenso e
inagotable de optimismo y de sensibilidad humana a prueba de encierro
carcelario, puede escribir algo tan conmovedor.
Aquí, el texto del mensaje enviado a Saúl:
ES SOLO UN VIAJE, SAÚL, LO OTRO NO ES CIERTO
(Para Saúl Landau,
con admiración y cariño)
No es cierto,
Saúl, no lo repitas. Ya sé, otros también lo dicen, pero no es cierto. Hay
dolor en la voz de Carmen cuando me responde el teléfono, pero no puede ser
cierto.
Me dirás que sí,
que viejos amigos te han llamado y que otros han llegado desde lejos para
verte, que tu propio cuerpo te lo dice a gritos, que han comenzado ya los
homenajes... No importa, yo sé que no es cierto. ¿Cómo va a ser cierto, con
tanta gente que te admira y te quiere? Adriana, cada vez que hablamos, me pide
que vuelva a llamarte. (Y si eso no te dice mucho, es porque no sabes que ella
defiende "como gata boca arriba" cada uno de nuestros minutos de
teléfono). Todo el mundo le pregunta por ti, todo el mundo, pero saben que se
trata solo de un viaje, que lo otro no es cierto.
¿Un viaje a dónde?
No sé bien. En eso, como en la pelota, es muy difícil ponerse de acuerdo. Es un
viaje del que muchos no regresan, pero tú sí, tú eres de los privilegiados.
Estarás aquí cada vez que Danny me visite, y en Cuba cuando nos reunamos Los
Cinco. Volverás siempre que sea leído alguno de tus libros, o vistos tus
documentales. ¿Cómo no vas a estar cuando alguien pregunte quién filmó esas
imágenes de Fidel empujando el yipi atascado en el fango de aquel camino? ¿O
tantas otras de cuando recorriste media Cuba con él, en el año 68? ¿Crees que
podrás ausentarte cuando alguien vea "Que
el verdadero terrorista, por favor, se ponga de pie" y por fin
comprenda el caso de Los Cinco? Ni hablar de eso, compadre. Tú estarás siempre
que se vea la entrevista con Salvador Allende, quizás la única o la más
importante que le realizaran en inglés, y cuando alguien descubra esas imágenes
aún inéditas de Fidel conversando en su casa con Harry Belafonte.
Es solo un viaje,
Saúl, lo otro no es cierto. Vendrás cuando alguien desee saber todo lo del carro-bomba
que mató a Letelier y a Moffit en pleno corazón de Washington DC. Cuando se
quiera entender lo de Chiapas, o lo de las maquiladoras. Cuando lean tus
poemas, o tus siempre certeros artículos. Cuando mencionen tu Medalla de la Amistad, de Cuba, tu
Bernardo O’Higgins, de Chile, tu Emmy, y tus otros tantos premios y
condecoraciones. Vendrás siempre que yo cuente cómo tuve el privilegio de
conocerte, de aprender contigo, de disfrutar tu sentido del humor, y cuando me
pregunten a quién debo mi hermandad con Danny Glover. Estarás siempre con tu
familia, con tus amigos, con tus alumnos.
Claro que no es
cierto, Saúl, yo sé que es solo un viaje. Lo que no sé es si entonces podremos
comunicarnos, y por eso no quiero esperar a que partas para decírtelo: Gracias
por todo, mi hermano, fue un honor compartir contigo. En nombre de Los Cinco,
de nuestros familiares, y de tantos cubanos buenos: ¡Gracias!
No te voy a negar
que estamos tristes, pero a la vez nos alegra saber que en tu caso, cuando sea,
será solo un viaje, porque tú supiste ganarte ese privilegio.
Muy pronto volveré
a llamarte, pero ya sabes, no me repitas lo otro, porque no es cierto, Saúl. No
es cierto que vas a morirte.
Gerardo Hernández
Nordelo
martes, agosto 13, 2013
FIDEL DE TODOS

Luego de una prolongada ausencia, por razones de tiempo y ajenas a mi voluntad, vuelvo a este: mi espacio personal.
Y tengo el inmenso placer de hacerlo con la alegría de Cuba entera y de muchísimas personas en todo el mundo, porque precisamente hoy es el cumpleaños de Fidel.
Por eso traigo dentro esta pequeña imagen, a la medida de un hombre sin medida en el tiempo ni en la estatura interior del ser humano.
En fin, me quedo aquí, con este Fidel nuestro... ¡De todos!