martes, agosto 18, 2009

 

VILLA DE TODOS

Gracias, Viera, por acceder a mi página, con el mismo respeto, cariño y familiaridad de ayer… de siempre.

¡Claro que tu mensaje llegó a mis manos!

Me alienta saber que ese pequeño texto (Las Sillas de mi pueblo) te develó recuerdos.

Te sucede a ti -a mí, a cualquier espirituano- cuando oímos hablar de nuestra querida ciudad. Pero no somos excepción. Bien lo sabes. Tu sana nostalgia es la misma de todos los cubanos, aferrados al terruño donde nacimos, crecimos, estudiamos, amamos, soñamos, creamos… El día que así no ocurra, sencillamente no seremos nada ni nadie.

Por eso vuelvo a Sancti-Spíritus cada vez que puedo. Ahí está: con sus brazos bien abiertos, como siempre. Erguido frente a todo lo adverso, digno, con suficiente espacio para todos los que queremos vivir en paz, con calles y plazas que nunca olvidan tus pasos, los de Pepe y Félix Reyes, los de Alicia Alfonso o Leonel Díaz, e incluso los de El Pollo y Rodolfo Brizuela: físicamente ausentes, pero prendidos a lo más eterno del recuerdo.

Hay, ¡cómo no! espacio en mi espacio para tus dos cálidos párrafos (los reproduzco textualmente a continuación) y para esas dos imágenes de tu Villa, mi Villa, la Villa de todos los que amamos a Cuba.
………..

No encuentro palabras; es grande la emoción y los aglomerados recuerdos en mi mente cierran mi boca. Mi inolvidable Sancti Spíritus, su parque con sus viejas sillas....y mis inolvidables amigos que ni el tiempo, la distancia o el silencio han podido arrancar de mi corazón.

Gracias hermano por tan lindo recorrido por nuestro parque Serafín Sánchez, por traer a mi mente mis años de estudios y ver de nuevo en mi recuerdo a mis inolvidables amigos Pepe, El Pollo (EPD) y tú. Ojalá este comentario llegue a tus manos. (Manuel Viera)


 

NUESTROS HIJOS

Ellos son los únicos que “no crecen, ni envejecen” a nuestro alrededor, porque a cualquier edad nos siguen pareciendo lactantes, bebitos, tan pequeños que al cabo de décadas continuamos hablando de “el niño” o “la niña”…

Son los que aparecen corriendo, con una pregunta, una duda, un beso, una ocurrencia o “el más antojado antojo”, precisamente cuando las ideas empiezan a coquetear con tus dedos y a desgranarse sobre el teclado.

Pero –curiosamente- también son los que te alientan el aliento e inspiran tu inspiración durante esas noches de luna vacía, cuando tienes que escribir y las musas están llenas y no quieren bajar a ti.

Son los que una vez aquí (en tu interior) no hay “allá”, ni distancia o lejanía, porque te acompañan todo el tiempo, aunque estés reportando desde la gélidas nieves del Polo Norte.


Son quienes te hacen poder con lo imposible, y te imposibilitan rendirte cuando puedes.

Tal vez te piden con frecuencia una moneda para tomar helados o quizás nunca te pidan un centavo… y de cualquier modo su “simple existencia” te hará sentir la persona más rica y afortunada del universo, porque no hay banco, arca, sucursal, firma, monopolio, caja fuerte, cofre en el fondo marino, ¡nada!, que atesore igual valor.

Ellos son los que te sacan de paso y te devuelven a él; quienes aprenden de ti y corrigen sin compasión lo que no haces bien o dices mal; los que devienen fuente muchas veces de información, esos que hoy te desgracian un párrafo y mañana te sorprenden con el mejor título periodístico; los que te ofrecen fotos estelares, los que te ocupan todo el tiempo que les viene en gana porque de alguna manera se saben dueños del calendario completo.

Así son nuestros hijos: esos que se duermen, de verdad, halándote una oreja o tiran de ella para librarse pícaramente del merecido tirón que le darás en una suya; los que “exportamos” para la casa de los abuelos (¡Uff, para descansar un par de semanas) y, cansados de su ausencia, queremos volver a “importarlos” al cabo de cuatro o cinco días...

Porque… no sé en otros oficios y latitudes, pero en el caso del periodismo cubano, nuestros hijos son sencillamente ese pedacito interior e insustituible que nos invita a vivir, soñar, creer, crear y ser cada día mejores en el ejercicio de la profesión.

jueves, agosto 13, 2009

 

A FIDEL... DE GERARDO

No hacen falta palabras. El talento y la mano de Gerardo Hernández Nordelo, desde la prisión federal de Victorville, California, se convierten en voz, en beso, en el abrazo de millones, para felicitar al hombre más grande de estos tiempos: brújula de los oprimidos y de la humanidad.


miércoles, agosto 12, 2009

 

EL BESO DE ISABELLA

Sirva de puente mi espacio, para hacerle llegar a José Cento (estomatólogo tunero) el beso de su pequeña Isabella: la niña por quien él suspira y se torna gigante allá, en suelo de Venezuela.

Así de simple parece. Pero inmensos son esos detalles cuando se está lejos de casa, de la familia, de los seres más queridos.

Un abrazo para ti, Hermano.

Tu familia, tu barrio y Cuba admiran la humana ayuda que ofreces.

Y por Isabella, no te desveles. Tu Princesa continúa muy bien: creciendo, aprendiendo, esperando tus vacaciones para darte ese beso a punto de "explotar" en sus labios, congelado hace unas horas por el lente de mi cámara.

 

LIBERTAD PARA LOS CINCO... ¡YA!




Voces desde todo el mundo reclaman hoy 12 de septiembre libertad para Gerardo, Ramón, Antonio, Fernando y René: los Cinco cubanos que permanecen prisioneros contra toda lógica y razón en cárceles de Estados Unidos.

En un comunicado dirigido a todas las latitudes, el Comité Nacional llama, desde suelo norteamericano, a organizar acciones concretas que acentúen todavía más el clamor mundial a favor de la causa de esos cinco luchadores antiterroristas.

A pesar de no existir pruebas ni argumentos que respalden las sanciones impuestas, los Cinco llevan once años confinados, e inician precisamente hoy el duodécimo calendario bajo prisión.

En su llamamiento, el referido Comité exige también que el gobierno de Estados Unidos acabe de otorgar de una vez las visas que durante todo este tiempo les han sido negadas de manera arbitraria a Adriana Pérez y Olga Salanueva, esposas de Gerardo Hernández y de René González, respectivamente.

Desde mi pequeño espacio digital, te invito a que te intereses por este bochornoso caso de la justicia norteamericana, conozcas la inocencia de esos Cinco reos del imperio, y te unas a quienes exigen la única solución justa y posible: el retorno de ellos al suelo cubano.



miércoles, agosto 05, 2009

 

JUSTICIA NORTEAMERICANA NO QUIERE VER NI OÍR

Mientras el mundo entero reclama la liberación de los Cinco cubanos injustamente encarcelados en Estados Unidos, la justicia sigue allí con una venda en los ojos y tapones en los oídos



En este minuto exacto, en que navego libremente por el ciberespacio, y tú lees lo que destilan las yemas de mis dedos…

En este instante, cuando miles de niños cubanos recorren la ciudad de la mano de sus padres, los parques abren sus brazos al sosiego y las playas devienen hormiguero de disfrute humano…

Ahora, que en cualquier rincón del planeta hay espacio para el abrazo de padre a hijo, de hijo a madre, de hermano a hermano; y los amigos alzan copa o enfrentan juntos lo que a todos preocupa…

En este minuto exacto y preciso en que millones de personas somos dueños de algo, o de todo… esos CINCO cubanos que aparecen en la foto siguen despojados de lo más valioso (su libertad), repisando la rutina de ayer, de antes de ayer, del mes pasado, del año anterior, de hace una década… encarcelados de forma brutal, injusta, innecesaria, sin razones ni pruebas.

¿Dónde?: En los Estados Unidos.

¿Por qué?: Sencillamente por hacer el bien, por enfrentar al terrorismo, por defender a su país (Cuba) contra la muerte y el terror organizados desde territorio norteamericano por parte de la extrema derecha cubano-americana radicada en Miami.

¿A quién le hicieron daño?: Absolutamente a nadie.

¿Pusieron en peligro acaso la seguridad nacional del poderoso imperio?: Jamás

¿Qué justifica entonces su encierro allí?: Nada.

¿Sólo Cuba exige su liberación?: No. También lo hacen millones de voces desde todo el mundo, 346 comités de solidaridad con los Cinco en 111 naciones, así como organizaciones sociales y sindicales, parlamentarios, artistas, intelectuales, científicos, deportistas, líderes religiosos y otras personalidades...

Y aún así, la justicia made in USA se mantiene con una venda ceñida a los ojos y un tapón en cada oído.

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